domingo, octubre 10

En honor a mi querida Luc, otro diálogo de garcha:

...

Más tarde, en el piso de la calle Libertad, las hermanas Iturralde discuten. O más bien Manuela se dispone a socavar información confidencial oculta tras su hermética hermana que nada quiere confesarle. Manuela quiere saber qué es lo que, realmente, pasa entre su hermana Cecilia y Facundo (boludo) primogénito de la familia Guzmán.
Zoom.
Manu y Ceci.
Manu manuelita pregunta y arremete. La toma por sorpresa, a su hermana.
-Dale Cecilia contame por favor contame. Ustedes ya lo hicieron.
-Qué cosa. -dice Cecilia mientras se pone un camisón cortito, con breteles que parecen de hilo de coser, de esos que a Manuela todavía no le compran porque mamá dice que es una nena, que esas cosas no son para ella.
-Dale, ya sabés. -insiste Manuela, curiosa.
-Dónde dejaste el vestido que te presté.
-Ustedes se acostaron.
-Quién.
-Vos y el salame de Facundo.
-No le digas salame a Facundo.
-¿Qué querés que le diga? ¿Mortadela? Además, la verdad no ofende.
-A vos porque te gusta.
-Nada que ver, me parece un idiota. Pero no cambies de tema, Facundo y vos, ya cojieron ¿no?
-Nena, qué te pasa, estás loca. No seas guaranga y devolveme mi vestido que me lo vas a arruinar.
Manuela se va enojada y al rato vuelve con el vestidito azul hecho un bollo. Lo tira en la cama de su hermana y le dice:
-Tomá, para qué lo quiero si me queda horrible. Además, yo sé que vos y Facundo: traca-traca.
-Mirá lo que le hiciste al vestido. Nunca más te presto nada.
-Traca-traca.
-Manuela dejate de estupideces, querés.
-Manuela dejate de estupideces, querés. Pero si tengo razón. ¿O no? Yo los ví besándose el día de tu cumpleaños.
-¿Qué tiene de malo besarse? Vos de la envidia.
-Nada. Besarse no tiene nada de malo. Pero...
-Pero qué.
-Eran de lengua los besos ¿no?
-Basta.
-¿No te dio asco con los aparatos? Seguro que te dejó la boca como carne picada.
-Te dije basta Manuela.
-Además, hay otra cosa.
-Qué cosa, a ver con qué gansada salís ahora nena.
-Gansada no. Es importante. Digo yo, Facundo parece muy boludo pero yo me pregunto, yo me pregunto señoras y señores del jurado: ¿dónde estaban las manos del acusado, el señor Facundo Guzmán la noche del catorce de octubre? No sólo las manos. Atención. El pueblo quiere saber más: el pueblo exige que se le informe dónde tenía puesta la.
-Bueno. Terminala, a vos qué te importa Manuela. Además, si pasó algo no te lo voy a contar justo a vos.
-Por qué a mí no si soy tu hermana.
-Pero sos chica y sos una metida y vas a andar con cuentos.
-No soy tan chica: en dos meses cumplo quince. Además, yo si quiero también puedo Cecilia.
-Vos lo único que podés es irte a dormir ya mismo.
-Me tenés que contar, Ceci dale, por favor, cómo es, qué se siente, te gustó. ¿No te dio miedo?
-Sos una pendeja Manuela. Terminala.
-Claro, claro, porque vos sos adultísima. Lo que pasa es que vos tenés diecisiete y ya lo hiciste y por eso te creés que.
-Y qué con que tengo diecisiete.
-Viste, lo hicieron y no me lo querés decir.
-¿Y para qué querés saber? Mirá que sos pajera Manuela. Qué te importará a vos lo que yo hago o dejo de hacer. Ahora salí de acá y dejame en paz.
Guerra de almohadas.

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