lunes, agosto 23

poema en alto o qué divertidos son los juegos olímpicos

en el límite de lo
que un pobre
ser humano
puede
ahí donde se monta la garrocha
donde el suelo recibe
con dolor
a la punzante jabalina
donde la bala
se lanza
o el martillo
ahí donde las vallas
respiran el aire
emancipado de los velocistas
ahí en atenas
la ciudad eterna
--qué roma ni qué cuernos--
un italiano danza antes
de largarse a la carrera
antes de desprender
del suelo
su existencia
con intenciones de volar
hacia
las nubes
--de Sebregondi tiene el rostro,
así yo lo imagino
y la imaginación es libre--
ahí es dondeldorado
sueño
se le acaba
pues
se lleva puesta la
varilla
y cae ¡pum!
sobre el colchón azul mediterráneo
--no siempre
los dioses
conceden
sus favores--
ya no le quedan oportunidades
más, ya nunca más
aunque en
un circo
¿por qué no?
tal vez,
quizás.

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