balada del niño prefecto
no sabe del alivio instantáneo que
producen:
el rascarse
con todos los dedos
o tragar mocos (o bien
escupirlos
o explorar cantidad y/o
calidad mediante el
ordenado par
índice-aujero)
no gusta de hacer ruido
al chupar
el chocolate en que
previamente se ha embebido
una vainilla
no le parece que
ensuciar con postre
una camisa blanca
sea apropiado
ni que un derramamiento
de arroz
en torno a un plato
sea oportuno
desconoce las posibilidades
infinitas
del barro,
del agua,
de la arena
--nunca una guerra o un castillo
o un
chapoteo sobre un
charco
en día de lluvia--
no le dijeron,
por ejemplo, que el pollo
admite ser comido
con la mano
lo mismo que la pizza
e incluso
--horror de horrores--
la ensalada
así,
manipulea el tenedor
con maestría:
parecen los cubiertos
extensiones
de sus
brazos
prefecto es bueno
es sí-
lencioso
prefecto no molesta
a las
visitas
no dice nunca no
nunca contesta mal
ni muestra
en-
ojo
todo es sigilo y pulcritud
todo es Co.-
recto:
los ángulos
los vértices
las circo-
involuciones
jamás moja la tabla
ni las sábanas
jamás se tira pedos
jamás miente
lo adora su madre
hasta el cansancio y
exhibe(lo) como su mejor logro
prefecto ríe
a todos
complaciente:
sus adesmanes
--otra maravilla--
son seña
inconfundible
de las numerosísimas
ventajas
que aparejan
a) el esmero en la crianza de los niños
b) la fé-
rea voluntad de hacer las cosas bien
:como Dios manda
prefecto es, no cabe
duda,
inteligente:
ha concebido
un lavadero
para moscas automático
haciendo de esta suerte
compatibles
a) su impolutez constante
con
b) el respeto que siempre
ha prodigado por todo
y sobre todo
por el ecosistema
--lamentable-
mente
prefecto
aún
no sabe cómo hacer
para lavarlas
moscas(larvas)
sin que se le ahoguen--
en fin,
prefecto es como
todos,
como nadie.
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