miércoles, mayo 12

Tuve la fortuna de tomar un taxi cuyo conductor era salteño y, de yapa, contaba chistes. Me hizo reír tanto que, como suele sucederme cuando me dan tales arrebatos, creí que iba a parir ahí mismo. No voy a repetir todas las cosas que me dijo, en parte porque no las recuerdo, en parte porque no se me da la gana. Pero hay un par de chascarrillos que merecen la pena ser compartidos. Lo divertido del asunto es que el tipo los iba enganchando en seguidilla, en tanto los sazonaba convenientemente con su acento norteño. De manera que por ejemplo me hablaba, así como así, del “loro excitado” a cuya mención no me quedaba más que preguntarle: ¿Quién es el loro excitado?. Kirchner. ¿Kirchner... por qué?. Porque tiene un ojo mirando siempre a la concha de la lora. (sic.)

Cuando llegamos a Diagonal Norte comenzó a despotricar contra los avestruces. ¿Qué avestruces? Los piqueteros. ¿Y por qué los piqueteros? Porque tiene la cabeza chiquitita y no pueden pensar, tiene el culo enorme de no hacer nada y te dejan los huevos así de grandes. (Hago caso omiso de cualquier implicancia social, a los fines de no perder la hilaridad). Lo que pasa es que claro, Menem los dejó a todos en pelotas, y desde que anda con la peruana esa... ¿La peruana? ¿qué peruana? La Bolocco. Pero si es chilena. Será chilena pero es como una peruana. ¿Por qué? Porque en Perú tienen las ruinas de Machu Pichu. Ah... ¿y? Y ella tiene el macho con el pichu en ruinas.

Es todo por hoy.

Espero no haber ofendido a nadie con tanto reporte soez.

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