jueves, febrero 26

Cansado de su mediocridad, decidió un día que sería como él.

Tomó una libreta y escribió a modo de título: “La buscadora”. Luego, un poco más abajo anotó: a Billie Holiday.

Ya veré qué invento más tarde, dijo mientras liberaba de su confinamiento el último Parisienne del atado. Fumó hasta la inevitable capitulación del cigarrillo. Sacudiéndose los restos de cenizas que quedaron en su pantalón -se le antojaron un rastro de su batallar mental- volvió a su libreta de apuntes. Confeccionó la siguiente lista:

Los Bueyes
Parvulario
Final de Ruego
Alarmas secretas
Quini Seis
Historias de Procopios y de Ranas
Ludo
Todos los fuegos el incendio (o Todas las aguas la inundación, decidirlo después)
La vuelta al mundo en ochenta días, versión II
72/ Modelo armado
Knocked Out
La poesía en el Planetario de Palermo
Libro de Nahuel
Cubo
Nadie vino por aquí
Lares
Un tal Pluto
Queremos tanto a Tita Merello
Deshojando un reloj
Argentina, amarga como el mate
Los cibernautas de la pornopista
Fiestita
Saquen una hoja
Diario de una pava
Adiós mundo cruel

Por hoy ya es suficiente, pensó no sin un dejo de satisfacción. Estaba agotado. No todos los días se toman decisiones como esa.

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