martes, octubre 14

Hmmm. A ver:

Lo único que se me ocurre en este momento es lo acongojada que debe sentirse la aguja del pajar mientras espera que alguien la encuentre entre tanta amarillenta paja muerta. "Qué infeliz soy aquí, tan solitaria, sin nadie que venga por mí, sin nadie que quiera enhebrarme" debe de pensar la pobre aguja abandonada a su suerte.

Aclaro: no es que no se me ocurran otras cosas de mayor vuelo artístico o filosófico, de ninguna manera. Lo que ocurre es que estoy demasiado ocupada en mis quehaceres laborales, los cuales requieren toda mi atención. Así están planteadas las cosas aquí: o trabaje, o curre --mi lema es la honestidad intelectual ante todo--.

Ah, además mi mamá me dijo que de ni se me ocurra leer a Moravia porque es un degenerado. Como soy una persona muy obediente y sumisa, de costumbres por demás recatadas e intachable conducta, no le haré caso.

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